domingo, 20 de septiembre de 2009

Me los quitan de las manos

Hace unos meses, un señor nos regaló a mis hermanas y a mi una cerdita vietnamita. Para que no estuviese sola, decidimos buscar un macho preguntando a la gente del pueblo. Después de conseguirlo, cual es la sorpresa, que enseguida la cerdita se queda preñada.
Cuando le llegó la hora de parir, nacieron siete cerditos de los cuales dos murieron, pero la cuestión era; ¿que hacemos ahora con estos cerditos?. La gente del pueblo no los quiere ni regalados, porque hay muchos, y la carne no es muy buena para comerla.
Pero yo se que hay gente que los tiene de mascotas en casa como si fuese un perrito, así que decidí venderlos por Internet, con la ventaja de poder enviarlos a cualquier punto de España. A la semana de poner el anuncio estaban todos vendidos, y con el dinero que saqué puedo alimentar a la madre durante un año entero.

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